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miércoles, 8 de febrero de 2012















CAPITULO 7:


Me levante por la mañana, no sabía muy bien lo que había pasado en esa habitación, pero de algo si estaba seguro ¿¡Qué había hecho!? ¡Había probado otra vez la cocaína!
En ese momento pensé en mi familia, y en lo que había prometido…todo lo había echado a perder, pero en ese momento entro Martín.
-Necesito hablar contigo.-Me dijo Martín cabreado.- ¿Qué es lo que estás haciendo?
En ese instante algo subió por mi cuerpo, quizás fuera un escalofrío, pensé¬.
-Yo…
-No hay escusas que valgan, más te vale que no se entere el director porque si no te echan de aquí en menos que canta un gallo.
-No lo volveré a hacer, te lo juro.
-Te daré un consejo: aléjate de ella, te traerá problemas…
-Pero…-En ese momento Martín se levanto de la cama de la cual estaba sentado y se fue sin decirme media palabra más.
Me acosté otra vez en la cama a reflexionar, pero no podía, todo lo que paso esa tarde me recordaba a la primera vez que la probé y me sentía fatal. Cogí el libro que me estaba leyendo de lo alto de la mesilla y comencé a leer  el capitulo siguiente, pero este capítulo también hablaba de la recaída y me sentía peor.
Decidí salir a darme un paseo por los pasillos para así despejarme. Iba andando por el pesillo y me cruce con el muchacho que me dio las pastillas, me miraba y se reía ¿En qué estaría pensando? ¿Por qué lo volví a hacer? Eran preguntas a las que no tenía una respuesta. Llegue al patio y me cruce con Marta.
-¡Oye Rubén! ¿Puedes venir con migo un momento?
-Sí, pero ¿Qué es lo que quieres?
-Ven con migo y lo sabrás.
Llegamos a una habitación alejada de los demás, cada vez todo lo que me pasaba me resultaba raro. Marta saco unas rayas de coca y empezó a esnifar una de ellas.
-¿¡Pero qué estás haciendo!? – Le dije rápidamente.
-Venga, ya lo sabemos casi todos, por una más con migo no te va a pasar nada.- me guiño el ojo.
-¡Pero si tu eres una enfermera!
-¡Shh! es un secreto.-me dijo y se esnifo la segunda.
Yo no pude evitarlo ya que estaba de bajón del día anterior y me esnife otras dos.
Empecé a sentirme con una euforia total y Marta se acercó a mí y me empezó a besar,  yo le seguí el royo.
Me levante a la mañana siguiente con Marta a mi lado, me quede pensando en todo lo que me estaba pasando, todo era muy raro.
Marta se levanto y me dijo que todo lo que había pasado era un secreto entre ella y yo, me levanté, me vestí y me fui a desayunar.

Continuará...

Nazaret Almansa López.

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