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martes, 1 de noviembre de 2011














CAPITULO 1:

Cuando crees que tu vida ya no tiene ningún sentido, que la montaña rusa de tu vida es ya solo cuesta abajo, un momento determinado de todos los momentos que te quedaban por vivir, puede cambiarte la vida en un microsegundo.
Mi nombre es Rubén y soy un futbolista de uno de los mejores clubes que han ido a pique, debido a ello mi vida cambio, yo era sano, un buen jugador, guapo, vamos, él típico famoso del cual todas las chicas morirían por pasar una noche con él y debido a la quiebra me metí en el mundo de las fiestas, drogas…etc. Hasta que todo ello ha ido a peor, ahora soy un drogadicto el cual ningún club lo quiere tener en su equipo ya que mi vida es solo fiestas y más fiestas. Pero cuando estaba a punto de saltar por el puente y dejar esta mierda vida alguien apareció.
-No lo hagas.
-¿por qué? Ya lo he perdido todo.
-No hijo, todo no, nos tienes a nosotros y lo sabes…
-Entonces ¿por qué me echasteis de casa? ¿Por qué no me ayudasteis en vez de criticar mis acciones, lo que hacía o dejaba de hacer?
-Porque al principio todos estábamos enfadados, no entendíamos el porqué. Tenías dinero, fama, muchos clubes te querían, chicas para poder formar una familia…Y ahora mírate, apunto de suicidarte y darte por vencido así porque así… Este no es el Rubén que yo conozco, el que se deja vencer por un simple bache.
-Yo… -me quedé sin palabras en estos momentos… Era increíble que la persona que había pasado de mi ahora estuviera ahí intentando que no lo hiciera…
-Shh…Te ayudaremos te lo prometo, solo baja de este maldito puente, iremos a casa y hablaremos tranquilamente ¿vale?
-No, quiero que me ayudéis de verdad, llevadme a un centro de desintoxicación allí me ayudarán y así vosotros estaréis más tranquilos.
-Si es lo que tú quieres lo aremos, pero prométeme tú que cambiarás.
-Lo juro.
Me monte en el coche sin decir ni media palabra, en esos momentos no sabía en qué pensar, en que iba a hacer con mi vida ahora, ya que tenía un único plan de futuro, suicidarme, pero ahora ya no era ese, intentaría ir al centro y cambiar de vida, no solo como persona sino profesionalmente, quería volver a ser el jugador de futbol que era… Esa era mi meta.
Cuando llegue a casa mis hermanitas estaban llorando y se abalanzaron sobre mí.
-¡No hagas eso más hermanito!
-Tranquilas, que no lo volveré a hacer más. Ahora vais a estar una temporada más sin mi ¿vale? Pero dentro de un tiempo vendré y os llevare de vacaciones a donde queráis ir ¿de acuerdo?
-Vale.- se quedaron las dos calmadas, pero no muy contentas de mi decisión de irme, pero era lo mejor para ellas y para mí.
Me senté en el sofá, mi padre estaba allí muy serio sin dirigirme la mirada, yo intuía que su silencio iba a durar más de lo que en realidad duró.
-Eres un mariconazo.-Dijo con voz seria. – ¿Tú te puedes creer que nos puedes hacer esto y venir aquí de guay como si nada hubiera pasado?, No te mereces el cariño y el apoyo de tu madre y hermanas… eres un sinvergüenza.
-Lo sé y por eso me voy a ir al centro de desintoxicación para dejaros de problemas ya que son lo que más quiero en este mundo…
-¿Por qué lo has hecho? – me corto la explicación. – Tienes lo que quieres y muchas cosas más que ni te mereces y tu solo piensas en fiestas y drogas, yo no te crie para eso… Me das vergüenza ajena.
Mi padre cogió su periódico de encima de la mesa y se fue sin decir palabra más alguna, yo me levanté y me fui directo a hacer mis maletas.

continuará...

Nazaret Almansa

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