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miércoles, 2 de mayo de 2012















Capitulo 8

Cuanto más pensaba en aquello más me calentaba la cabeza y pensaba que no me hacía bien estar allí, pero que no podía huir sino que tenía que afrontar todo lo que me había pasado y ser fuerte y lo más importante, comenzar de nuevo para así no cometer el mismo error que cometía una y otra vez: la droga.
Cuando terminamos de desayunar fuimos a la clase de apoyo a los adictos y allí estaban Azahara y todos sus amigos, ella me dijo que me sentara a su lado, pero decidi irme con Martín.No podía arriesgarme otra vez.
Cuando salimos de la clase me fui a darme un paseo por los jardines que tenia el centro.Eran preciosos, pensé.
Ya había andado un poco cuando me dí cuenta que alguien me seguía y decidí darme la vuelta para ver quien era.
-¿Quién eres? -pregunté
- Azahara - dijo ella con uan suave voz.
-¿Qué quieres?-pregunté con una voz más fuerte que la voz anterior.
-¿Por qué huyes de mi? ¿Es qué no no quieres saber la verdad?
En ese momento todo se paró, no podía pensar en otra cosa que en eso. Todo pasó un 23 de Junio, yo estaba entrenando con mi equipo y cuando terminamos el entrenamiento y me duché salí del campo de futbol y lo vi, lo vi todo con mis ojos; vi a mi padre tirandose a una mujer morena en el coche y él me miro y ce metio una raya de cocaína delante de mi e hizo que me montará en el coche.
Camino a casa de la mujer a la que mi padre llevo hasta su puerta me dijo que yo nunca había visto eso y que jamás dijera una palabra. Yo no puede hacer otra cosa que cayarme, y mientras veía y aguantaba como engañaba a toda mi familia me meti a las drogas, era lo único que me hacia olvidar esa horrorosa imagen de mi cabeza por solo algunos segundos.
-¿Sabes ya quién soy?- pregunto Azahara.
-No, asentí con la cabeza.
- Soy la hija de la mujer a la que tu padre se tira día y noche. Por culpa de todo esta mierda que se traen llevo aqui 2 años, ¿te crees que tu saldrás de rositas de aquí? ni lo pienses. tu estas en esto como yo. Tu sabes lo mismo que yo. Mi familia esta destrozada y ahora la tuya lo estará.
-¡Ni lo pienses! - dije gritandolé. Tu no me vas a amargar nada, yo no tengo la culpa de nada, es mi padre. E intentado borrar todo eso de mi, no hagas nada de la que te puedas arrepentir luego.
Me fui y la deje en silencio, pensativa. Pero yo estaba seguro de que ella no haría nada, porque sabía que yo ne tenía culpa al igual que ella.



Continuará.


Nazaret Almansa López.


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