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miércoles, 2 de mayo de 2012















Capitulo 10



Nos volvimos al centro y cada uno se dirigió a su habitación. Cuando entre vi a Marta sentada encima de la cama.
-Necesito hablar contigo. –Dijo Marta.
-¿Qué es lo que me quieres decir?.-Dije yo en un tono de preocupación que se notaba a 5 leguas.
-Tengo que confesarte que me gustas mucho y que todo lo que pasó esa noche no era lo que yo queria. Yo queria intentar contigo desde el principio una relacion estable pero tu padre vino y me amenazó para que me alejara de ti. Yo estaba muy deprimida, entonces los amigos de Azahara me ofrecieron un trago y más tarde como no sabia lo que hacia me drogué y como no podia resistir estar lejos de ti vine y pasó lo que pasó.
Yo me quedé sin palabras, Marta me gustaba desde un principio pero lo que hizo no me gusto; pero si ella me habia dicho que toda la culpa la tubo mi padre le podia dar una oportunidad.
Pasaron los meses y yo tenia una relacion a escondidas con Marta. Según los médicos ya estaba recuperado del todo. Una mañana Marta vino a despertarme y me dijo que tenia una sorpresa para mí y al ir a la recepción vi que era mi madre y mis dos hermanas que estaban hablando con el director y el médico; yo fui apresuradamente a ver lo que sucedía.
-¿Qué es lo que pasa mama?
-Rubén, hemos estado hablando los médicos y yo y me han dicho que ya estás del todo recuperado y te van a dar una poca de confianza.-Dijo mi madre muy alegre.
-¿Entonces ya me puedo marchar de aquí?
-Sí pero tendras que volver una vez al mes para que te revisemos.-Dijo el director, que estaba justo al lado del médico.
-Ve a por tus cosas, te esperaremos en la puerta.-Dijo mi madre.
Mis hermanas se pusieron a dar saltos de alegría. Que bien sienta hacer las cosas bien, dije para mí mismo.
Una vez tuve recogidas todas mis cosas salí de mi habitación, me despedí de Martin y de mis amigos. Caminando por los pasillos Azahara me llamó y me dijo que gracias por todo y que se alegrara de que estubiera bien. Que ha partir de ahora ella iba a intentar recuperarse para así poder estar junto a su madre.
Iba a salir por la puerta cuando Marta me llamó y me dio un abrazo a la vez que lloraba.
-Te quiero.
-Yo también ati, pero esto no se ha acabado aquí ahora podemos estar juntos fuera de estas paredes sin tener que escondernos de nadie.
-¿Es lo que quieres?
-Sí.Cuando venga la proxima vez hablaremos de esto, ahora tengo que hablar con mi madre.
Salí por la puerta y allí estaba mi madre montada en el coche esperandome con mis hermanas atrás. Comencé entonces a hablar  con mi madre.
-¿Y papá?
-Se fue, vino un dia a casa contó todo lo que habia echo  y se fue sin más. Creo que es lo mejor que podia haber echo, no entiendo como me podia tener engañada de esta manera.
La conversación se acabó y nos fuimos directos a casa.
Pasamos por el puente por el cual yo me iba a suicidar. No entiendo como pude llegar a esa situación. Todo en la vida con esfuerzo puede cambiar a mejor.


FIN

Nazaret Almansa López.


















Capitulo 9

Los días siguientes al encuentro entre Azahara y yo fueron pasando como si nada hubiera pasado. Nos ignorabamos como si nunca nos hubieramos conocido hasta que un día vino a buscarme a mi habitación.
-¿Podemos hablar? -dijo Azahara.
-Claro
-Yo... Mira lo siento por lo que te dije, fue un momento en el que necesitaba soltarlo, se que no tienes culpa y por eso vengo a pedirte perdón y también tu ayuda. Tu odias a tu padre tanto como lo odio yo, hagamos algo para que de una vez por todas deje de jugar con nuestros sentimientos y los de tu familia, que se que te importan más que nada. Te lo pido porfavor, sola no puedo en esto, pero se que con tigo sí. -dijo Azahara.
-Te ayudaré pero con una condición, no podemos hacer nada que haga daños a mi madre y mis hermanas sino no hay trato.
-Trato hecho. -Dijo ella.
Nos dimos un apretón de manos y nos pusimos manos a la obra.
Pasaron una horas pero aún no teniamos nada con lo que poder pillarlo hasta que se me ocurrio una idea, pero para eso necesitaríamos la ayuda de Marta asique fuimos a hablar con ella y le contamos toda la historia.
-Deacuerdo os ayudo a salir, pero prometedme que volvereis antes de que el director venga. -Dijo Marta. Era tan guapa y amable, pero tenia unos de mis peores vicios, el cual yo necesitaba eliminar de mi vida.
-Muchas gracias. -dijimos los dos a la vez.
Cuando llegamos al lugar de trabajo mi padre estaba "ocupado" con la secretaria, según la recepcionista. Pero nosotros nos colamos a su despacho.
-Eres un sinverguenza, ¿otra familia más pretendes arruinar?- dije
-Yo...
-Ni  yo ni nada que valga, eres un sinverguenza y un canalla que no solo as arruinado la vida de tus hijos, también de los que no son tuyos. Alejaté de mi madre o verás las consecuencias. -Amenazó Azahara a mi padre.
-Pero no solo de ella papá, ya te estás inventando alguna escusa, porque no te quiero más en casa. Como no te vayas lo contaré todo, y no solo a mamá sino tambien a todos los medios, ya sabes, tu eliges.
Mi padre se cayó y asintio con la cabeza. Nos dió un papel firmado que para el era un acuerdo de contrato, en el que ponia que ya no volvería jamás a cada una de nuestras casas y nos fuimos.


Continuará.

Nazaret Almansa López

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Capitulo 8

Cuanto más pensaba en aquello más me calentaba la cabeza y pensaba que no me hacía bien estar allí, pero que no podía huir sino que tenía que afrontar todo lo que me había pasado y ser fuerte y lo más importante, comenzar de nuevo para así no cometer el mismo error que cometía una y otra vez: la droga.
Cuando terminamos de desayunar fuimos a la clase de apoyo a los adictos y allí estaban Azahara y todos sus amigos, ella me dijo que me sentara a su lado, pero decidi irme con Martín.No podía arriesgarme otra vez.
Cuando salimos de la clase me fui a darme un paseo por los jardines que tenia el centro.Eran preciosos, pensé.
Ya había andado un poco cuando me dí cuenta que alguien me seguía y decidí darme la vuelta para ver quien era.
-¿Quién eres? -pregunté
- Azahara - dijo ella con uan suave voz.
-¿Qué quieres?-pregunté con una voz más fuerte que la voz anterior.
-¿Por qué huyes de mi? ¿Es qué no no quieres saber la verdad?
En ese momento todo se paró, no podía pensar en otra cosa que en eso. Todo pasó un 23 de Junio, yo estaba entrenando con mi equipo y cuando terminamos el entrenamiento y me duché salí del campo de futbol y lo vi, lo vi todo con mis ojos; vi a mi padre tirandose a una mujer morena en el coche y él me miro y ce metio una raya de cocaína delante de mi e hizo que me montará en el coche.
Camino a casa de la mujer a la que mi padre llevo hasta su puerta me dijo que yo nunca había visto eso y que jamás dijera una palabra. Yo no puede hacer otra cosa que cayarme, y mientras veía y aguantaba como engañaba a toda mi familia me meti a las drogas, era lo único que me hacia olvidar esa horrorosa imagen de mi cabeza por solo algunos segundos.
-¿Sabes ya quién soy?- pregunto Azahara.
-No, asentí con la cabeza.
- Soy la hija de la mujer a la que tu padre se tira día y noche. Por culpa de todo esta mierda que se traen llevo aqui 2 años, ¿te crees que tu saldrás de rositas de aquí? ni lo pienses. tu estas en esto como yo. Tu sabes lo mismo que yo. Mi familia esta destrozada y ahora la tuya lo estará.
-¡Ni lo pienses! - dije gritandolé. Tu no me vas a amargar nada, yo no tengo la culpa de nada, es mi padre. E intentado borrar todo eso de mi, no hagas nada de la que te puedas arrepentir luego.
Me fui y la deje en silencio, pensativa. Pero yo estaba seguro de que ella no haría nada, porque sabía que yo ne tenía culpa al igual que ella.



Continuará.


Nazaret Almansa López.


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miércoles, 8 de febrero de 2012















CAPITULO 7:


Me levante por la mañana, no sabía muy bien lo que había pasado en esa habitación, pero de algo si estaba seguro ¿¡Qué había hecho!? ¡Había probado otra vez la cocaína!
En ese momento pensé en mi familia, y en lo que había prometido…todo lo había echado a perder, pero en ese momento entro Martín.
-Necesito hablar contigo.-Me dijo Martín cabreado.- ¿Qué es lo que estás haciendo?
En ese instante algo subió por mi cuerpo, quizás fuera un escalofrío, pensé¬.
-Yo…
-No hay escusas que valgan, más te vale que no se entere el director porque si no te echan de aquí en menos que canta un gallo.
-No lo volveré a hacer, te lo juro.
-Te daré un consejo: aléjate de ella, te traerá problemas…
-Pero…-En ese momento Martín se levanto de la cama de la cual estaba sentado y se fue sin decirme media palabra más.
Me acosté otra vez en la cama a reflexionar, pero no podía, todo lo que paso esa tarde me recordaba a la primera vez que la probé y me sentía fatal. Cogí el libro que me estaba leyendo de lo alto de la mesilla y comencé a leer  el capitulo siguiente, pero este capítulo también hablaba de la recaída y me sentía peor.
Decidí salir a darme un paseo por los pasillos para así despejarme. Iba andando por el pesillo y me cruce con el muchacho que me dio las pastillas, me miraba y se reía ¿En qué estaría pensando? ¿Por qué lo volví a hacer? Eran preguntas a las que no tenía una respuesta. Llegue al patio y me cruce con Marta.
-¡Oye Rubén! ¿Puedes venir con migo un momento?
-Sí, pero ¿Qué es lo que quieres?
-Ven con migo y lo sabrás.
Llegamos a una habitación alejada de los demás, cada vez todo lo que me pasaba me resultaba raro. Marta saco unas rayas de coca y empezó a esnifar una de ellas.
-¿¡Pero qué estás haciendo!? – Le dije rápidamente.
-Venga, ya lo sabemos casi todos, por una más con migo no te va a pasar nada.- me guiño el ojo.
-¡Pero si tu eres una enfermera!
-¡Shh! es un secreto.-me dijo y se esnifo la segunda.
Yo no pude evitarlo ya que estaba de bajón del día anterior y me esnife otras dos.
Empecé a sentirme con una euforia total y Marta se acercó a mí y me empezó a besar,  yo le seguí el royo.
Me levante a la mañana siguiente con Marta a mi lado, me quede pensando en todo lo que me estaba pasando, todo era muy raro.
Marta se levanto y me dijo que todo lo que había pasado era un secreto entre ella y yo, me levanté, me vestí y me fui a desayunar.

Continuará...

Nazaret Almansa López.

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martes, 31 de enero de 2012
















Capitulo 6:

-¡Eh, Rubén! ¿Cómo estás?
Miré para detrás y la vi, allí estaba Azahara ¡Qué bien le quedaba la ropa que llevaba puesta! Pensé.
-¡Rubén!- Gritó, y en ese momento volví en mí mismo.
-Hola, ¿tu nombre es? – Ya lo sabía, pero intente hacerme el interesante.
- Azahara. Pensaba que ya lo sabías.
En ese instante sus ojos se quedaros clavados en los míos, y yo no sabía bien que decir, estaba muy nervioso, la última vez que hable con una chica fue… ese día ¡Maldito día! Intente incorporarme en la conversación, pero aunque me costó un poco más de trabajo logré conseguirlo.
-Ah sí, es verdad, ya me lo dijeron el primer día.
Ella se empezó a reír y yo me quede embobado en su sonrisa. Continuamos andando por el pasillo. Todo el mundo me miraba y entendía el por qué, ella era de las más chungas de allí y era lógico que todo el mundo que la respetara se le quedara mirando cuando pasábamos y a eso se le unía que yo era nuevo y claro no podían evitar mirarnos.
Me quede tan embobado en ella y en todo lo que decía que no me di cuenta de que me había llevado a una habitación en la que había tres chicos, los cuales siempre estaban a su lado y nunca se separaban de ella.
-Chicos este es Rubén, este atravesando por una crisis. Ya sabéis lo que tenéis que hacer.
En ese momento sacaron una bolsita que estaba llena de cocaína. Yo me quede sorprendido y a la vez sin saber qué hacer.
-Toma, coge un poco, estas te la regalamos.-Dijo uno de los chicos que estaban allí.
Yo me quede parado, no sé el por qué no me fui en ese instante, pero algo me hizo que…

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viernes, 9 de diciembre de 2011















Capitulo 5:

 Me desperté a la mañana siguiente, cuando el sol me cegó intente incorporarme para correr la cortina que se situaba en la esquina derecha de la habitación pero las piernas me pesaban demasiado. Poco a poco fui notando como la ansiedad se iba apoderando de mí a más no poder. Necesitaba una dosis de droga. Mi vida anterior había sido solo eso, alcohol, hachís, cocaína e incluso de vez en cuando una pastilla de éxtasis para olvidarme del mundo. Con mucho esfuerzo me puse a recordar  aquel día, aquel miserable día que había decidido probar la droga, me acordaba de que llovía, y que al salir me tropecé con…
En ese momento entro Marta, hoy iba más guapa, pensé para mí. Ella se acercó cuidadosamente hacia mí y me preguntó
-¿Has sentido la ansiedad?
-Sí, respondí con voz contundente
-Está bien, vístete con una de las camisas y pantalones que te hemos dejado en el armario bien ordenadas y baja al salón, allí te esperará  Ángela, ella  te explicara el funcionamiento, las normas y todo lo que quieras saber. Y se marchó.
Yo me dirigí al armario cogí la camiseta y el pantalón, me los puse dificultosamente y salí de aquella habitación. En el pasillo se encontraba mucha gente, unos tenían el cuerpo demasiado delgado, otros solo la cara, pero solo uno de ellos me llamo la atención realmente. Era un hombre muy bajito, tendría sobre unos 30 años, sus brazos se encontraban llenos de señales de Aguja, e incluso tenía cortes como si se hubiese intentado quitar la vida. Cuando más ensimismado me encontraba alguien me toco por detrás.
-¿Cuándo pensabas dirigirte al salón?- Era Ángela la enfermera que me había dicho Marta.
-Me he entretenido por el camino.-Dije rápidamente para excusarme.
-Sabes que ya han pasado las primeras 48 horas de aislamiento familiar, por lo tanto ya puedes recibir llamadas.
- ¿Me han llamado?-Dije rápidamente.
-Eso parece. Asique acompáñeme por favor.
Fui hacia la recepción allí estaba la recepcionista que me atendió la primera vez y hablando con ella Azahara. Me puse muy nervioso a lo que se unió mi ansiedad, pero cuando Angela pronuncio mi nombre y me dijo que podía hablar ya con mi familia me sentí aliviado.
-Hola cariño ¿Cómo estás?- Escuche la voz alegre de mi madre por el otro lado del teléfono.
- Hoy estoy un poco chungo la verdad.
-¿Y eso?- La voz de mi madre cambio por completo, ahora parecía más preocupada. Quizás tenía que haberme ahorrado como me sentía pero no sabía que se iba a preocupar tanto.
-Nada grave mamá, es solo una de las fases de esta desintoxicación
-Menos mal cariño, pero sabes que es por tu bien y que el que algo quiere algo le cuesta. – Palabras sabias las de mi madre, pensé.
En esto que Ángela me corto la conversación.
-Rubén tienes que cortar el teléfono ya que tu hora ha acabado ya.
-Bueno  mamá- Dije.-Es hora de que cuelgue. Espero tu llamada.
-De acuerdo hijo y ya sabes, te queremos.
Me despedí de mi madre con tristeza, ya que necesitaba su apoyo más que nunca y me dirigí hacia el comedor a tomar mi desayuno cuando alguien me llamo.


Continuará...

Nazaret Almansa López




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jueves, 1 de diciembre de 2011













CAPITULO 4
-¿Te gusta, eh?- Dijo Javier.
-¿Quién es? – Pregunte.- Ella, la más chunga de aquí, sí su apariencia engaña, pero por dentro tiene maldad – Dijo Pablo, que se metió en la conversación.
Seguimos para adelante,  hasta llegar a mi habitación, nos despedimos de ellos y seguidamente Martin y yo entramos en nuestra habitación. Martín se fue directo a la cama.
-Buenas noches, no te acuestes muy tarde, que mañana tenemos cosas que hacer.
Mire el planing del centro y mañana tocaba clases sobre el alcohol y sus enfermedades. Menudo tostón, pensé para mí mismo. Coloque el cuadro de mi familia en mi mesita de noche, cogí un libro de los que me había echado en la maleta "On the Road”, me sentía identificado con el protagonista. Empecé a leer pero de repente una imagen me vino a la cabeza, era la de la chica, era perfecta, pelo castaño rizado hasta un poco por encima del culo, ojos verdes, delgada… Pero no lograba entender el porqué decían que era tan mala, alomejor pablo tenía razón en eso de que las apariencias engañan.
-Martín, ¿Sigues despierto?                                                                                                   
-Sí, ¿Qué es lo que quieres?  
-¿Cómo se llama la chica que he visto hoy en el comedor?
-Azahara. ¿Por qué?
- Por nada, solo curiosidad.
-Am vale, pues entonces si ya as terminado de leer duérmete.
- De acuerdo.

Apague la lamparilla de la mesita de noche cerré los ojos y me dormí sabia que un largo día me esperaría a la mañana siguiente.

Continuará...

Nazaret Almansa López.
       
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